Partida de ajedrez en Siria

El escritor libanés Elías Khoury publicaba hace unos días en el diario Al-Quds al-Arabi este excelente artículo titulado "El cruento ajedrez sirio". Lo traduce al español Naomí Ramírez en su blog Traducciones de la Revolución Siria. Incluyo algunos de los extractos relacionados con la política de EEUU y Rusia hacia Siria.
 
"No hay duda de que estamos ante dos jugadores diestros que saben bien cómo convertir los puntos de debilidad en puntos fuertes, y esa es una de las definiciones de la diplomacia. Pero debemos señalar primero la ausencia del jugador sirio o árabe, pues este no ha podido llegar si quiera a ser peón, sino que se ha convertida en una mera casilla del ajedrez y todos los intentos de Walid al-Muallim y Bashar al Ya’fari de peonizar (convertir en peón) a su maestro químico han fracasado.
 
EEUU se enfrentaba a un verdadero callejón sin salida, pues la línea roja había sido cruzada en la salvaje masacre química de Al-Ghoutta, y Barack Obama debía seguir la vía de la débil y simbólica acción militar sin querer enfrentándose además al rechazo de la opinión pública estadounidense y occidental a cualquier aventura militar tras el fiasco estadounidense en Iraq.
 
A Obama, el dubitativo y moderado que no quiere derrocar al régimen (y aquí está el quid de la historia) lo encontró de frente el halcón Putin, que no obstante es incapaz de entrar en la guerra para salvar a su cliente sirio. Así la duda se reunió con la impotencia para diseñar uno de los mayores engaños diplomáticos de nuestro tiempo. En un lapsus linguae, Kerry se sacó el proyecto químico de la manga y Lavrov lo recogió para convertirlo en una propuesta, tras la que Walid Al-Muallim solo tuvo que leer con voz temblorosa, como si leyera el texto por primera vez, la aceptación siria y demás cuestiones.
 
El lapsus linguae estadounidense fue una obra de teatro, pues las líneas generales del acuerdo fueron definidas en la cumbre de San Petersburgo en un ambiente dominado por los ceños fruncidos de los líderes estadounidense y ruso, pero que no era un ceño provocado por las diferencias en sus puntos de vista, sino por el lío en que ambos líderes se habían visto envueltos por Siria.
 
Las cosas han terminado, pero el acuerdo químico puede ser el primer paso para la subestimación de la cuestión siria por parte de ambas grandes potencias y dejarla aislada o en cuarentena a merced de los asesinatos y el terrorismo, manteniendo atados sus repercusiones y previniendo su expansión. Mi lectura de este acuerdo, por tanto, es que no es un paso para acabar la guerra en Siria, sino para organizarla e intentar limitar sus efectos.
EEUU y Rusia le dan plazo a Siria para mostrar sus armas químicas
La desposesión de las armas químicas tranquiliza a Israel y ese es el objetivo de EEUU; da una tregua temporal de vida al régimen sirio, que es lo que quieren los rusos; y no permite que el pueblo sirio venza a sus verdugos, que es lo que quieren EEUU y Rusia.
 
No hay duda de que estamos ante una diplomacia condimentada que ha venido a tapar la incapacidad y las dudas, e insinúa que lo que se conoce como régimen internacional, que sigue en formación, ha logrado eliminar la mecha de la guerra mientras se trataba uno de los más complicados problemas internacionales.
 
El régimen sirio, y con él el coro de antiimperialistas, bailan por su victoria, sabiendo que una de las causas de las dudas estadounidenses no es el miedo de ellos, sino por ellos, pues no quieren que caigan. El imperialismo estadounidense no cree en la capacidad de sus amigos ni sus agentes de conformar un régimen que garantice la seguridad de Israel como ha hecho el régimen de Asad durante cuatro décadas. Además de que teme la influencia de las corrientes islamistas radicales en la oposición siria, una influencia cuya esencia se retrotrae a sus colaboradores árabes que han encontrado en las corrientes takfiríes una receta lista para asesinar el espíritu de la revolución  y la democracia y convertirla en una lucha destructiva entre suníes y chiíes".

Comentarios

Entradas populares