Retos de las mujeres argelinas

La mujer árabe puede llegar a convertirse en la principal damnificada del ascenso de los movimientos islamistas en el mundo árabe. Sobre esta cuestión charla Erika Cerrolaza con dos representantes de mujeres argelinas: Farroudja Moussaoui (Presidenta de AMUSNAW) y Nafissa Lahreche (Directora de FEMMES EN COMMUNICATION). La entrevista completa puede consultarse en Adarve. Observatorio de la Sociedad Civil Euromediterránea puesto en marcha por Encuentro Civil Euro-Med.

P: Más de cincuenta años después de la independencia, ¿cuál es su valoración de la situación del movimiento de mujeres en Argelia hoy?
Nafissa: La mujer argelina participó en la guerra de Argelia por la libertad. Después, en 1962, decidió militar de otra forma y así dos años más tarde, en 1964, había 12 mujeres militantes en el Parlamento. Quiero decir en este sentido que la mujer argelina siempre ha militado por sus derechos políticos o sociales así como por la independencia. Es cierto que desde 1964 hasta 1989 el régimen de partido único limitó el campo de actuación de las mujeres, pero eso no quiere decir que no hubiera mujeres que militasen, por ejemplo en las universidades, en las que existía un movimiento estudiantil que reivindicaba la igualdad de derechos.

En 1989 se produjo lo que ahora podemos llamar la Revolución Argelina gracias a la cual, tras la adopción de la nueva Constitución, se reconoció la libertad de prensa, la libertad de asociación, la libertad de opinión y la libertad de creación de partidos políticos, entre otros. Es cierto que después de 1989 vivimos un momento difícil a causa del islamismo que quería otro sistema político a pesar de que el sistema que teníamos en ese momento era el que pudimos adoptar aunque existían multitud de reclamaciones de cambio. Argelia vivió entonces lo que puede llamarse una pequeña guerra civil que duró 10 años. Durante esta etapa el movimiento de mujeres hubo de modificar sus prioridades y pasó a militar, en primer lugar, por el derecho a la vida. A partir de 1999 podemos decir que hemos intentado conocer mejor nuestra independencia y entender la libertad de opinión en el seno del movimiento de mujeres (…) Aunque yo empecé en la militancia 20 años antes que Farroudja trabajo ahora con ella, que es más joven y tiene otras ideas que en aquel momento no teníamos. Creo que ahora somos más maduras que antes para promover un cambio más plural, más cívico, que comprenda los derechos de todos como argelinos. Cada uno de nosotros tenemos derecho a reivindicar nuestros derechos, nuestra cultura, nuestra opinión. En este sentido reconocemos que en Argelia gozamos de una diversidad que debemos defender y que es en el seno de esta diversidad donde debemos defender los derechos de las mujeres y de una Argelia libre e independiente que resista al islamismo político y religioso.

P: ¿Cuáles son los principales retos en el ámbito de los derechos de las mujeres en Argelia hoy?
Farroudja: el primer desafío es consolidar los logros y conseguir la aplicación de lo que está consagrado en la Constitución en términos del recurso al derecho internacional para reforzar la legislación nacional. Otro reto es la labor de incidencia para que Argelia suprima sus reservas a la CEDAW y que aplique los demás pactos internacionales y los incluya en la legislación nacional como establece el artículo de la Constitución que consagra la supremacía de los textos internacionales ratificados por Argelia. Además, como asociación de mujeres que estamos preparando una propuesta de ley sobre la violencia ejercida contra las mujeres, éste es nuestro gran desafío para 2013 en Argelia: que se apruebe una ley que penalice la violencia contra las mujeres.

Nafissa: Añado además que ahora estamos en un proceso de modificación de la Constitución que constituye una de las prioridades para el Gobierno argelino y también para nosotras. Nos encontramos en un proceso de cambio en el que hay que trabajar, en un primer lugar, por el reconocimiento de la igualdad total entre hombres y mujeres a nivel de la Constitución y, en segundo lugar, para que la sociedad civil pueda realizar mejor su trabajo de seguimiento y monitoreo de la acción de los políticos. Quiero señalar también que nuestra historia como mujeres argelinas es una historia diferente y única en el mundo árabe. Una historia que debemos consagrar y hacer de ella un referente para nuestras acciones y nuestra militancia en los próximos años.
P: Hablan de la reforma de la Constitución como una de las prioridades del movimiento de mujeres argelino este año, ¿existen espacios de diálogo con los poderes públicos para que sus recomendaciones sean escuchadas?
Farroudja: nosotras provocamos esos espacios de diálogo, como el nuevo espacio en el que estamos ahora mismo trabajando para hacer propuestas sobre la próxima modificación de la Constitución. No existen espacios oficiales de concertación entre la sociedad civil y las instituciones pero esto no nos ha impedido crearlos y reunirnos para elevar nuestras propuestas.
Nafissa: cabe señalar que cuando en 2011 nuestro Estado inició el proceso de reformas, invitó a algunas organizaciones, no todas, para que diesen su opinión sobre las mismas. Y estoy segura de que esta vez también van a llamar. Como movimiento asociativo, sin embargo, vamos a continuar trabajando para hacer propuestas tanto si somos invitadas a participar para dar nuestra opinión como si tenemos que buscar otras vías para hacernos oír. Nuestra militancia va a continuar.

P: Han hablado de los principales retos en el ámbito de los derechos de las mujeres en Argelia hoy, ¿qué podrían añadir respecto a la situación de las mujeres cabilias?
Farroudja: la situación de las mujeres en Cabilia es la misma que la del resto de mujeres en Argelia. No hay una especificidad en términos de acceso a los derechos, la ley es el Código de la Familia que se aplica a todas las argelinas. Todas las cuestiones de acceso a los recursos económicos como la herencia etc… son cuestiones que se plantean dentro y fuera de Cabilia. Aunque se diga que es una de las regiones más modernas de Argelia en realidad Cabilia es una región rural y conservadora tanto en lo que se refiere a la posición de las mujeres como a la islamización de la sociedad y al islamismo. En Cabilia, como en otros lugares, la mujer argelina se enfrenta a los mismos problemas en términos de acceso a la justicia, de protección legal, de participación política… las leyes son las mismas para todas.
La cuestión que es importante es la del acceso a la educación, que es menor en las regiones rurales que en las urbanas. Así, aunque la escuela esté abierta a todo el mundo, hay lugares en las regiones rurales, ya sea en Cabilia o en el Aurés en los que el acceso en términos de recursos y conservadurismo es menor que en las ciudades pero la ley es la misma. Otra cosa son las mentalidades y el derecho consuetudinario. Éste último, abolido por la ley argelina en los años 70, establecía la denegación del acceso a la herencia para las mujeres cabilias. Ahora hay una sola ley que es el Código de la Familia. Sobre la cuestión de la herencia, recogida en el Código de la Familia, que viene de la shari´a, lo que demandan las organizaciones de la sociedad civil es la igualdad en el acceso a ésta. La diferencia es la aplicación de la ley por culpa de las mentalidades. Incluso mujeres intelectuales, que conocen sus derechos, aceptan a veces el derecho consuetudinario. Hay que trabajar sobre la noción de acceso a la propiedad a través de la herencia, un concepto que no está ni siquiera en la educación de muchas mujeres. Las organizaciones trabajan sobre todo para convencer a los hombres de que las mujeres tienen derecho a la herencia. Se trata pues de una labor en dos planos: por un lado el de la sensibilización a la población sobre el derecho de la mujer a la herencia y, por otro, el de la incidencia política para reformar las leyes e introducir la igualdad en el acceso a la herencia para hombres y mujeres.

P: ¿Cómo movilizar a las mujeres rurales en la lucha por los derechos de las mujeres?
Farroudja: a través del acceso a los recursos, a los derechos económicos.
Nafissa: para nosotras ahora mismo lo más importante es la igualdad en los derechos económicos.
Farroudja: nuestro país ha ratificado todos los textos internacionales al respecto. A pesar del problema con las reservas impuestas a la CEDAW también existen otros textos que consagran la igualdad de los derechos económicos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles Económicos y Culturales, que fue ratificado sin reservas. En todos los países del Magreb estos textos han sido ratificados, la cuestión es si son aplicados, si existe una legislación a nivel nacional que los implemente, ya sea en Marruecos, Túnez o Argelia.
Nafissa: hay una serie de derechos que les han sido reconocidos a las mujeres y de los que éstas no se benefician. Por ejemplo, en las universidades argelinas encontramos más de un 70% de mujeres diplomadas pero en el mercado de trabajo hay apenas un 15% de trabajadoras. Tienen el derecho a trabajar pero no lo ejercen. La mayoría quieren casarse y quedarse en casa mientras que el Estado ha pagado caro que puedan tener un diploma [...]".

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