La UE e Israel

En estos días, el presidente estadounidense Barack H. Obama visita Israel y los Territorios Ocupados Palestinos. Poco o nada cabe esperar de esta visita que más parece destinada a cortejar al pueblo israelí y a revitalizar la alianza entre EEUU e Israel. No está de más aprovechar la actual coyuntura para preguntarse dónde está la UE. Algo parecido hace el analista político Ramzy Baroud, editor de The Palestine Chronicle, en su artículo "La extraña política de Europa en Palestina", publicado por Asia Times Online. La traducción al español ha sido realizado por Sinfo Fernández para Rebelión.

"Muy pocos expertos en derecho internacional defenderían la ferviente construcción de asentamientos israelíes sobre la tierra ocupada palestina. Sin embargo, las potencias occidentales han mostrado poco interés en presionar a Israel para que cese en sus ilegales actividades. Sin la financiación estadounidense y europea, para Israel habría sido prácticamente imposible construir asentamientos e ir trasladando allí a más de medio millón de israelíes con el correr de los años para que vivieran sobre la tierra palestina robada, en violación de numerosas leyes internacionales, incluido el IV Convenio de Ginebra. Pero es aún peor, puesto que el comercio con los países europeos y otros ha servido para mantener y hacer prosperar esos mismos ilegales asentamientos a expensas de los palestinos, que vienen sufriendo campañas masivas de limpieza étnica desde 1967.

Por fin, los diplomáticos de la UE en Jerusalén Este y Cisjordania están expresándose en términos inequívocos. En un informe publicado el 27 de febrero, los diplomáticos decidieron que “la construcción de asentamientos sigue siendo la mayor amenaza para la solución de los dos Estados. Es una violación sistemática, deliberada y provocativa”. Además, “el informe exigía la estricta aplicación de un pacto comercial UE-Israel que asegure que los productos de los asentamientos no reciban trato preferencial en los mercados europeos en virtud de tal acuerdo”, escribía Reuters. El informe pedía a los Estados de la UE “que no apoyaran… la cooperación en los campos de la investigación, de la educación y la tecnología” con los asentamientos, y que “se disuadiera” de invertir en empresas israelíes que operan en los territorios ocupados.
El informe, como cabía esperar, no es vinculante. Y aunque esas recomendaciones sí lo fueran, es probable que Israel y sus amigos y grupos de presión en la UE encontraran muchos resquicios para de alguna manera privar de sustancia y vigor a cualquier acción que pudiera emprender la UE [...]. La verdadera crisis política y moral no sólo radica en el desprecio de Israel hacia el derecho internacional, sino en que los supuestos guardianes de ese derecho son los mismos que potencian a Israel para que perpetre esas malas acciones, lo que incluye despojar de sus derechos a los palestinos llevándoles a la bancarrota. El pasado mes de enero, un informe de Oxfam decía que la economía palestina, que en estos momentos está completamente hundida, podría generar urgentemente los necesitados ingresos (1.500 millones de dólares, para ser exactos) si Israel suavizara sus restricciones tan sólo en el Valle del Jordán. Pero sin la posibilidad de acceder a su propia tierra y a sus recursos hídricos, los palestinos del Valle siguen agonizando mientras los colonos judíos israelíes continúan prosperando.

Aunque el gobierno de EEUU ha hecho cuanto estaba en su poder para socavar los derechos palestinos, la UE, que defiende a Israel a cualquier coste y asegura la superioridad y la ventaja militar de Israel sobre todos sus vecinos juntos, ha adquirido falsamente sin embargo una reputación más equilibrada que no puede estar más lejos de la verdad. En un reciente informe, el grupo palestino por los derechos humanos Al-Haq hacía hincapié en que el hecho de comerciar con los productos cultivados en los asentamientos había “contribuido directamente al crecimiento y viabilidad de los asentamientos al proporcionarles una fuente esencial de ingresos que les permite prosperar”. El valor del comercio total de la UE con sólo los ilegales asentamientos judíos asciende aproximadamente a 300 millones de dólares al año. El volumen puede parecer pequeño si se yuxtapone a los cerca de 39.000 millones de dólares del comercio total entre la UE e Israel sólo en 2011. Pero eso significa, según escribía Dalia Hatuqa en Al-Monitor el 17 de enero, que “la UE tiene margen para presionar, ya que es el mayor socio comercial de Israel y recibe alrededor del 20% del total de las exportaciones israelíes”.

[...] Sí, Israel es implacable y parece tenerle todo sin cuidado, haciendo caso omiso tanto de países como de leyes internacionales. Se siente envalentonado por la debilidad de sus vecinos, el irrestricto apoyo de sus amigos y la cobardía de sus críticos. Mientras los amigos de Israel están muy ocupados tildando de antisemita a cualquiera que se atreva a denunciar el auténtico sistema de apartheid en curso en Palestina e Israel, otros se consumen en forcejeos intelectuales acerca de los límites del lenguaje y las adecuadas vías de enmarcar el discurso [...]".

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