¿Guerra civil en Siria?

Hace unos días el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hablaba del “peligro de una guerra civil" en Siria. Ahora el opositor sirio Yasin al-Hayy Saleh advierte, en el diario al-Hayat, de una libanización de la crisis siria. El blo Traducciones de la Revolución Siria nos ofrece su artículo "En las proximidades de la guerra civil siria". Incluyo solo un extracto e invito a visitar dicho blog.

"[...] En Siria hay una guerra desde que estalló la revolución, que es además una guerra civil. El régimen decidió desde el primer momento enfrentarse a la revolución por medio a guerra y no haciendo uso de la política. La guerra no tardó mucho en producir su otro bando, que es la variopinta resistencia armada cuyos integrantes se calcula hoy que rondan los 50.000.
 
El régimen también fue el primero en beneficiarse de la ayuda material exterior –militar, técnica y de inteligencia, y puede que hasta humana- de Rusia, Irán y otros. Durante meses, en contrapartida, la resistencia armada se basaba en armas individuales sencillas, cuya fuente de aprovisionamiento eran los arsenales del ejército sirio. Lo que es seguro es que quien luchó y empujó a la guerra, y quien se comportó según la lógica del clan privado y no del Estado público fue “el régimen”. Esto no sorprende en absoluto: la revolución simplemente salió a la luz.

Pero la revolución siria no es esta lucha armada entre los sirios en su propio país, sino una situación que se trasluce en el horizonte cercano y en el que se entremezcla con un enfrentamiento sectario abierto y con formas claras de intervención exterior, al estilo de lo que sucedió en la guerra libanesa poco después de su inicio. Las masacres que han tenido lugar desde Karam al-Zaytoun no son hechos aislados, sino una línea que es muy probable que continúe. Y no hay nada que impida que la creciente internacionalización política del conflicto sirio se convierta en una internacionalización militar, aunque sea de forma indirecta.
Como Líbano durante la guerra civil, Siria va en el camino de ser un país sin un interior propio, o con varios interiores enfrentados entre sí. La élite maronita que dominaba el país (Líbano) llamó a diversas intervenciones exteriores, entre ellas la intervención siria, para salvarse. Pero ello fue a costa de que hiciera que unas partes libanesas y otras se enfrentaran, por lo que la fuerza del liderazgo dejó de estar en la entidad libanesa. En esta misma línea va la junta dirigente asadiana, apoyada en Rusia e Irán, que ha perpetrado una serie de masacres sectarias que parecen imparables y que alejan la esperanza de que no se produzcan reacciones semejantes.

Tal vez durante las próximas semanas, la junta dirigente criminal parezca ir convirtiéndose poco a poco y aparentemente en el liderazgo de una milicia armada, que solo busca salvarse, aun a costa de su desaparición como régimen y como fuerza dirigente. Sabe que recuperar el control es imposible y que los días del “régimen” se van agotando. Sus opciones hoy solo son bien ser erradicado totalmente, o bien volverse hacia un bando social concreto, que en su corazón no estaba lejos de él.

Esto haría realidad un objetivo de la revolución: deshacerse del régimen; es decir, del conjunto de organizaciones políticas, ideológicas e institucionales que permitían a esta junta liderar el país. Pero ello no supone deshacerse de esa junta como tal. Esta lo que hará será recomponerse en forma de liderazgos sectarios ligados al entorno familiar, y tal vez siguiendo una doctrina de protección de las minorías de la que hablan los portavoces occidentales de vez en cuando.

Lo que puede cortarle este camino depende directamente de la política de la revolución y el comportamiento de las fuerzas y corrientes implicadas en la misma, que han de guiarse por el nacionalismo sirio unificador, en vez de la religiosidad y el sectarismo [...]".

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