Israel, fracaso del sionismo

Ignacio Díaz-Roncero entrevista a Sergio Yahni, del Alternative Information Center, que la pasada semana estuvo en Madrid y en otras ciudades. El jueves pasado estuvo en el Círculo de Bellas Artes, junto a Rayi Surani, en un acto organizado por ACSUR-Las Segovias para presentar el documento "Recomendaciones de la sociedad civil para la consecución de una paz justa en Oriente Medio". La entrevista, inicialmente aparecida en Latitud 194, ha sido recogido en Rebelión.

Creció en un Kibbutz, en un Estado de Israel que parece radicalmente diferente del actual, marcado por el auge de lo religioso. ¿Es posible definir de qué es ser Israelí, más allá de su definición minimalista de “la persona que vive ahí”?
Hay dos cosas. Una es que no existe una definicion inclusiva de qué es ser israelí. Hay diferentes tipos de israelíes: hay israelíes que son judíos, otros que no son judíos pero tampoco son palestinos (como la generación de los hijos de los trabajadores extranjeros, israelíes pero no judíos, cuyo idioma es el hebreo y que ahora los quieren deportar). Hablo también de israelíes de origen ruso, que tampoco son judíos en un 30%, pero sí israelíes, y su lengua es el hebreo. Hay israelíes etiopes… es toda una amalgama de comunidades con muy poco en común. Entonces, ser israelí acaba siendo estar ahí y no ser palestino. Es una negación más que una definición positiva.
Por otro lado, el Estado de Israel hoy, el estado del apartheid, confesional, es mas que nada un fracaso del sionismo, no su éxito. El objetivo del sionismo era el establecimiento de un estado laico y la laicización del judaismo. Establecer el judaismo no como una religión, sino como una nación.
Entonces, después de 60 años de Estado de Israel, ¿da al proyecto sionismo por muerto?
El sionismo ha fracasado en dos elementos: generar una identidad colectiva que vaya más allá de la religión y establecer un territorio autónomo con mayoria judía. En el estado de Israel hoy los judíos no son ya mayoría: hay una paridad con los palestinos y no judíos, y hasta quizás haya una pequeña mayoría sólo palestina. Por esta razón emerge el apartheid, como un fracaso del proyecto sionista.

¿Qué debería haber hecho para no fracasar?
El problema es que el sionismo es un movimiento que lleva su fracaso en su propia definición. Esta obligado a fracasar y a decaer porque no existe una definición laica de qué es ser judío, y porque la única posibilidad que tiene el sionismo de no fracasar, entre comillas, sería llevar adelante una continua y permanente limpieza étnica, algo imposible e insostenible. Lo que ocurre hoy es que la limpieza étnica ha llegado a sus límites e Israel tiene que transformarse en un estado de apartheid donde los judíos son la minoría.

Un argumento frecuente, independientemente del debate sobre el sionismo, es que Israel es “la única democracia en Oriente Medio”…
Eso es mas bien una frase de marketing, de “marca país”: intentar crear un marketing de Israel como algo que no es. Me parece que ha tenido tanto éxito como la “marca España”.

¿Es Israel una democracia?
No. El estado de Israel no es un estado democrático. Es una etnocracia donde se van reduciendo las libertades que existen, sobre todo con este último gobierno. Ahora, las libertades eran para la población judía, no para el colectivo palestino ciudadano de Israel y para el colectivo palestino en Cisjordania y Gaza. Ahora lo que se van reduciendo son también las libertades que tenían los judíos en este espacio.

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