Armas de EEUU para el Golfo

Leo en Rebelión este artículo de Yazan al-Saadi titulado "Venta de armas para el Golfo: ¿comprar seguridad o rescatar a Occidente?" y publicado originalmente en la versión inglesa del diario Al-Ajbar. La traducción es de Loles Oliván.

"Estados Unidos y las monarquías del Golfo se han comprometido en lo que se ha denominado “uno de los mayores ejercicios de rearme de la historia en tiempos de paz” que asciende a la venta, por valor de 123 mil millones de dólares, de aviones de combate, helicópteros, misiles, tanques y otro tipo de armamento avanzado.

El acuerdo, anunciado en vísperas de la pasada Navidad en Washington, ha sido justificado por Andrew Shapiro, secretario de Estado adjunto para Asuntos Político-militares de Estados Unidos, como “[el envío de] un mensaje contundente a los países de la región de que estamos comprometidos a apoyar la seguridad de nuestros principales socios y aliados en el Golfo Pérsico y en Oriente Próximo”.

En la superficie, el acuerdo pretende garantizar que cualquier potencial interés expansionista por parte de Irán hacia la región quede disuadido. Sin embargo, la naturaleza y el resultado de sustanciales acuerdos de armas previos y actuales entre las monarquías árabes del Golfo y Occidente, en términos de su valor militar vis-à-vis Irán, sugieren una agenda que trasciende meramente a la República Islámica [...].

El acuerdo de armas con el Golfo de 123 mil millones de dólares USA
Décadas más tarde, se ha cerrado un nuevo y enorme acuerdo de armas entre las monarquías del Golfo y la actual superpotencia mundial, Estados Unidos. La venta se presentó primeramente en 2007, bajo proceso de negociación entre el gobierno de Bush y, posteriormente, la administración de Obama, con varias monarquías del Golfo Pérsico como parte de un escudo de defensa más grande contra el creciente poder regional de Irán y su programa de energía nuclear.
A finales de diciembre de 2011, salió a la luz la primera parte del acuerdo de armas de 123 mil millones de dólares. Los saudíes han de recibir 84 [aviones de combates] Boeing F-15SA y mejoras para 70 modelos más antiguos por el precio de 30 mil millones de dólares —la primera parte de un total de 63 mil millones, exclusivamente pagados por Arabia Saudí, que incluye helicópteros, misiles, munición de precisión guiada y nuevos tanques.

Además de eso, Emiratos Árabes Unidos ha firmado un acuerdo de 3,6 mil millones de dólares para comprar cerca de 100 interceptores de misiles de defensa aérea High Altitude, siendo el primer comprador extranjero de este producto en particular. Esta es sólo una pequeña parte de un acuerdo de mayor valor de cerca de 36 mil millones de dólares que incluye la compra de 80 aviones de combate F-16. Por su parte, Omán tiene previsto gastar 18 mil millones de dólares en aviones Lockheed F-16C / Ds. Kuwait está listo para gastar 7 mil millones de dólares en armas estadounidenses y en las actualizaciones para sus sistemas de defensa de misiles Raytheon Patriot. Mientras que Iraq ha concluido un acuerdo para [adquirir] aviones de combate y tanques que asciende a la suma de 11 mil millones de dólares

Si la amenaza iraní es la razón principal que subyace tras esos diferentes acuerdos, entonces es necesario evaluar y comparar la capacidad militar de Irán con la de sus rivales. Debido a décadas de sanciones y restricciones en compra de armamento, la industria de defensa iraní ha prosperado por su cuenta y ha reformado cualquier antiguo armamento estadounidense, ha construido sus propios modelos, o se ha aprovechado de los vendedores no occidentales que estaban disponibles. El gasto militar se estimaba en 2008 alrededor de un 2% del PIB. El país cuenta con alrededor de medio millón de personal militar activo y 650.000 activos en la reserva. Con el aumento de las amenazas externas, la capacidad militar y de seguridad iraní es por su naturaleza más de carácter defensivo y se basa en parámetros asimétricos de la guerra —lo último, en particular, entra en juego en relación con Iraq, Líbano y otros países del Golfo.

Siguiendo al de Estados Unidos, el poder naval de Irán es quizás el más potente del Golfo. Según informes de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y de las estimaciones recogidas por apasionados de lo militar, Irán tiene un total estimado de 260 barcos de guerra —además de 3 destructores, 19 submarinos, 198 fragatas, 5 patrulleros, 7 embarcaciones guerra de minas, y 26 barcos anfibios de asalto. Es su poder naval, la posibilidad de restringir el acceso a lo largo del Estrecho de Ormuz, y el programa de misiles balísticos que puede dirigirse a Israel lo que hace de Irán “la fuerza militar más poderosa de la región (excepto Israel), a excepción de Estados Unidos”, según las declaraciones del general estadounidense John Abizaid en 2006. Compárese esto con Arabia Saudí, el mayor Estado del Golfo Pérsico, que depende fuertemente de la importación de armas. Los datos de gasto militar según el Stockholm International Peace Research Institute revelan que en 2008 los saudíes se clasificaban en el noveno puesto del mundo. El valor de sus gastos militares se estimaba alrededor del 11,2% del PIB del país en 2009, aunque esta cifra podría ser mucho mayor debido a la falta de transparencia.

Pero su poder naval es muy inferior a la de los iraníes, compuesto por un total de 77 buques guerra y solo 7 fragatas, 9 patrulleros, y 7 embarcaciones de guerra de minas. De manera que han compensado el déficit mediante la mejora de su superioridad aérea. A finales del año pasado, Arabia Saudí disponía de alrededor de 300 aviones de combate, incluyendo modelos europeos y estadounidenses. La capacidad operativa de las fuerzas armadas saudíes se hizo evidente durante su intervención contra los rebeldes Huthi en el norte de Yemen durante el invierno de 2009-2010. El armamento de alta tecnología a disposición de los saudíes no pudo derrotar a los Huthis, cuya rebelión se vio ensombrecida por el estallido de la revuelta de Yemen. La mediocre actuación saudí resultó en 113 soldados saudíes muertos y más de 400 heridos; el número de víctimas civiles yemeníes y Huthi se calcula entre los 4.000 y los 5.000.

El negocio de las armas, pues, se dirige principalmente hacia la protección del la superioridad aérea del frente a Irán y trata de anular las sofisticadas armas balísticas de Irán, como el Shahab-3b y los sistemas de Sejjil-2. Este tipo de armas no funcionan bien en la defensa contra una invasión terrestre a gran escala, ni son eficaces contra las formas asimétricas de la guerra, ni son eficaces para dominar el curso de las aguas en el Golfo, donde Irán tiene la sartén por el mango.

Así que, ¿quién se beneficia realmente de esta transferencia inmensa de armas y dinero?"

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